jueves, 10 de marzo de 2011

Un asunto hispano: ver telenovelas

Son predecibles, básicas y repetitivas, pero sin duda son tan adictivas que quedamos literalmente pegados al televisor –por 120 episodios o más– para disfrutar del drama entre la pobre sirvienta que se enamora del apuesto joven millonario, quien resulta ser su medio hermano y del cual queda embarazada, y eso sin olvidar que en el ínterin quedó temporalmente amnésica, paralítica, ciega y que un día milagrosamente se transformó en una sofisticada dama de sociedad.

Juan Miret | Hispano de Tulsa, TULSA, Oklahoma

Las telenovelas hispanas son muy distintas a sus homologas en inglés, conocidas como soap operas. Distintas no sólo en duración, sino también en el horario. Las hispanas duran entre 6 y 9 meses, y son el plato fuerte de las cadenas televisivas: horario estelar.
“Yo sé lo que va a pasar, claro que sé, pero me encanta ver mis novelas”, afirmó vía electrónica Elena Contreras. “Con mi abuelita veía a “Los Ricos También Lloran”, con Verónica Castro y Rogelio Guerra. Mi abuelita me llamaba y me decía “ya la comedia va a comenzar”; eso es algo inolvidable para mí”.
Para Sanjuana Alvizo las telenovelas “son una pérdida de tiempo”, según indicó vía electrónica. “Además les afecta mucho a los televidentes, porque se creen que son el William Levy o La Usurpadora”.

Alvizo expresó que “todas las telenovelas tienen el mismo principio y final”, agregando que “hay cosas más productivas que hacer, como ejercicio”.
Aunque es un tema prácticamente tabú para los caballeros, Cristóbal Campos, aseguró vía electrónica que sí ve telenovelas. “Me gustan, pero solo puedo ver una al año. Es que consumen mucho tiempo”, dijo. “Me relajan y me hacen reír”.
Laura Quiñónez comentó vía electrónica que solamente le gustan las telenovelas brasileras. “Son más reales. Los actores se parecen a uno”, dijo. “Y aunque el final es parecido al resto, por lo menos son más reales”.
Otras como María Fernanda Graterol consideran que las telenovelas son parte de las tradiciones hispanas. “Aunque no las veamos, sabemos que están allí, que son parte de nosotros, de nuestra cultura”, dijo vía electrónica. “Y aunque a muchos les duela reconocerlo, a todos los hispanos nos gusta ver novelas”.
Por lo pronto, los hispanos seguirán disfrutando de las peripecias y los enredos de las telenovelas, a pesar de que en el primer capítulo ya sabemos que habrá boda al final.

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