La tradicional Rosca de Reyes tiene diversos elementos con un significado especial. Su elaboración, las frutas, el azúcar, su forma circular y los "muñecos" en su interior, son símbolos diversos de la historia y la religión.
La Epifanía o Día de los Reyes Magos, representa el día en que Jesús se dio a conocer al mundo. Durante la edad media se festejaba en grande con una gran merienda en la cual se partía un pastel o bizcocho.
Las roscas son ovaladas y se les decora con frutas curtidas o secas como higos, membrillos, cerezas, tunas y acitrón.
Antes no era un niñito lo que se escondía, sino un dulce o un haba que se colocaba dentro del pan y se cree que representaba el "esconder" a Jesús para protegerlo de Herodes, al paso de los años empezaron a colocar niñitos de pasta, porcelana o plástico.
La tradición dice que quien encuentra al niñito se convierte en padrino o madrina y tienen la obligación de hacer una cena con tamales, chocolate o atole el 2 de febrero y de invitar a todos los que también compartieron la rosca. El 6 de enero también se acostumbra "levantar al niño", es decir ese día se retira el nacimiento y en muchos lugares Jesús es entregado a los padrinos que se habían escogido desde Navidad, para que el 2 de febrero, durante la fiesta de la Candelaria lo vistan elegantemente y lo lleven a bendecir al templo como sucedió con Jesús, que a los 40 días de nacido fue presentado con los sacerdotes.
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